domingo, 29 de abril de 2007

Durmiendo con Fantasmas...

"Porque a veces duermo con fantasmas.
Porque a veces me cuesta sentir la vida.
Porque a veces ni siquiera te importa.
Porque a veces, yo soy un fantasma.

Desaparezco cuando quieres, y aparezco cuando me necesitas. Soy el Sr Brightside y tú eres como una pequeña manipulación con ojos perfectos. No me niegues, que te gusta el juego.

¿Ahora si quieres al pecador?

Creo que sí. Es todo muy obvio.

No importa. A veces me cansa respirar. Y mi mente me lleva a lugares demasiado tórridos. Escenarios Babylon, sonrisa perfecta. Belleza en un nombre. Un poco de A*teens y de dulzura opacada. Los años pasan y sigo pegado.

Ahogado. Idiota. Con una mala actitud y una mirada perdida. Retratada lo suficiente como para volverse un patrón de conducta. La locura carcome y destruye, y destroza. Me siento pequeño e imperfecto. Un poco horrendo y un tanto lindo.

Pero debe ser así. Lo acepto todo. Pues debe ser así.

Pues en mis ojos me ves completo. Me destrozas con una sonrisa. Me vuelves niño con una mirada. Me vuelves insano al caminar bajo la lluvia, una tarde de julio. Buscando un cine, o un café. En un mar santiaguino.

La lluvia cae y me pregunto, por qué, estás junto a mi y no conmigo.
Joaquín, regresa a mi. No me dejes como el muñeco, con el que te gustaba jugar."

Extracto de carta de Joako a Joaquín, esperando una respuesta vital.

¿Aún duermen con fantasmas?

jueves, 26 de abril de 2007

Lo que quiero ser...

Empecé todo, un poco enojado. Estaba harto. Molesto. Asqueado. Agh…
Mal despertar… y uno peor para alguien tan neurótico como yo.

Estoy en un hospital, para médico y paciente, y nuestra profesora-enfermera-caribeña tía Santina nos dice el procedimiento a realizar, para estos wannabes de médicos. Es hora de lavar a los pacientes!

Y yo me quedó como… “¿ah?” Y Ella dice como, “¡Sí que lo harás!” Y yo exclamó “¿pero por qué?”. Y ella sofríe maliciosamente con un “Pues yo soy la que tiene el poder para aprobarte”
Y pienso “damn… está perra me tiene bajo su control”.

Así que fui… a la vida, preparado para lavar a señoras para nada pudorosas y demases. Cuando descubro la mecánica de todo esto.
Contacto humano. Necesidad de crear lazos. Empatía. Compasión. Vi a un abuelito en una sala atestada. Pacientes hospitalizados por problemas neurológicos. No valentes. No autómatas. Escogí a uno. Uno siempre escoge. En un lugar tan grande nunca hay suficiente ayuda.

El abuelito Miguel, conectado a un suero glucosado, con problemas neurológicos severos. Le pregunté como estaba. La respuesta era obvia. No podía comer. Apenas podía comprender. Sus ojos tenían un dejo de ternura y desesperación. Atrapado en un cuerpo inmóvil. Decidí que el abuelito Miguel, al menos, iba a quedar limpio y con una sonrisa. Aún cuando no pudiera demostrarla.
Por lo que, olvidé todos mis prejuicios y le pregunté a Vanesa, mi enfermera supervisora, lo que debía hacer. Y juntos preparamos un balde con agua caliente. Jabón hipoalergénico. Listo. Lavado de manos. Realizado. Toallas y algodones por montones. Listo. Voluntad para darle dignidad a una persona no valente…

Listo.
Pues eso es lo que me queda hacer. A veces no puedes escapar de regalar una sonrisa. De hacer un gesto honesto. De querer ser justo. De hacer las cosas de forma simple y con alegría en el corazón.

El abuelito Miguel quedó limpio. Dejé un desastre en la sala. Mi cara reflejaba algo nuevo. Algo hermoso. La cara del abuelito también reflejaba algo. El daño a nivel nervio facial no le impidió al abuelito regalarme una sonrisa no visible. Miré la sala. Me miré a mi mismo. Esto es lo que quiero hacer. Pues esto es para que estoy hecho.

Y se siente genial.

sábado, 21 de abril de 2007

El niño perdido.

"Es extraño el sentir que tus expresiones están congeladas, en una burbuja tétrica de concepciones ignorantes. Tu rostro, como un hielo, juega a ser la máscara que ayuda a que tus cantos llenos de sangre y de odio se apaguen. No sonríes, no puedes logarlo. Todo se tensa. Tu boca, pálida, es suicida. Tus labios, invictos, buscan algo nuevo que probar. Tienes la sangre de Pasifae.
Pues no hay nada mejor que hacer. Cada vez que tú, cada vez que yo...

Serviste tu cabeza en una bandeja de plata. Te reiste en mi cara, congelando, como si nada.Juegas con fuego y colateralmente resulté quemado. Lentamente me empiezo a preguntar, el momento en que estos ojos podrán empezar a llorar.

Buscando sentir algo, en un mundo en donde no se siente nada. Superfluo, vacuo. Desesperanzado."No juegues con el juguete de la Princesa", te dijieron. Rompiste la regla y destruiste el castillo de naipes que nos convertía en seres indestructibles, dignos e inviolables. La princesa te busca, quiere tu corazón para la cena. Escapa lejos. Camina, sonríe. Saluda. Sonríe. (No llores, no llores, no llores, no llores...)
Pero deja al osito de felpa. El no te pertenece. Jugaste con él, con sus ojos oscuros. El reía, descuidadamente. El te hacía un poquito más tibio. Menos robótico. Más imperfecto. Más sonriente.

Nunca pensé que ibas a hundirte tan hondo.¿Y ahora me pides, que cambie las cosas que están arruinadas en tu vida?
Acepta las consecuencias. Al menos aún respiras.
Espera. El nos oye. Estás solo de nuevo. Tánatos te está buscando. Eres igual a Pigmaleón. Y por eso serás el esclavo de Hipnos. Ni siquiera intentes despertar.

Si te sirve de consuelo, Cuando el banquete se haya armado, exactamente a las 9.59, la Princesa se envenenará con tu corazón."
Porque perfecto, ya no es tan perfecto. Tratar de hacer encajar un cuadrado en un círculo no era vida. No una a la que yo definiría como vida. Deja que caiga la lluvia, la que limpia pecados. Deja que me lleve a un lugar de sanidad. Porque quiero sentir los truenos y la tortuosa realidad. Deja que caiga la lluvia, Pues, es tiempo... de confesar.

La batalla de Francia ha terminado... Felicitaciones, te has unido al bando de los vencidos
...Todo por esos ojos gitanos, que ya te han maldecido... ...¿Valió la pena?... Más te vale que haya valido la pena...