sábado, 9 de junio de 2007

En una tarde como esta.

Miguel camina por la ciudad, analizando el próximo corazón que planea destrozar. Hace un tiempo, por sólo un comentario, cortó lazos con la Princesa de cartón, la única amiga que le había durado año y 7 meses. Quizás la única chica que podría llegar a comprenderlo. Ella realmente le agradaba. Su necesidad de drama le daba gracia. Sus llamadas, su tristeza, su dejo por la vida, su vida dejada. Nunca había conocido a una mujer tan psicótica, y nunca se había dado cuenta que no le extrañaba. Hasta ahora. Pero tampoco pensó que extrañaría lo que ella solía entregarle. Hasta ahora.
Miguel jugó, eventualmente, con el Oso de algodón, y con su nuevo propietario. Y Miguel descubrió que Oso era más torcido que él. Que Oso había manipulado todas las situaciones. Miguel sabía que había perdido. Se prometen amistad sin agresión. Pero Miguel nunca fue bueno en eso de las promesas. Además, su dignidad siempre es primero. Pero de una u otra forma, siente que Oso le haría bien, por lo que Miguel calla lo que siente, y Oso le regala un abrazo. Miguel se siente pequeño, como un niño de 5 años. Oso le sonrie. Oso sabe como hacer sentir a Miguel como un niño.
Luego Miguel se encontró con Comandante, al cual le regaló un ticket dorado. Ese ticket involucraba que Miguel escucharía todo el dolor de Comandante, todos los amores perdidos de Comandante, todas las situaciones problemáticas de Comandante. Miguel no suele tener amigos, por lo que realmente no supo que hacer con Comandante. Lo único que Miguel había aprendido era a sonreir como niño y falsear sentimientos. Le regaló sonrisas, le regaló cariños. El café, la conversación. Pero su capricho lo llevó a un lugar incierto. Creyó regalar la frase que Comandante necesitaba. Pero Comandante no era tan niño como Miguel pensaba, y Comandante sabía que Miguel mentía. Por lo que Comandante se llenó de excusas y Miguel aparentó sentirse destrozado. Y ahora que Comandante tiene a alguien que lo hace suspirar, Miguel, sin querer, siente que Comandante le es desechable. Comandante acepta que siente más cariño del que debería sentir por Miguel, y Miguel siente algo cálido en su interior.
Siempre sucede en las tardes de invierno. Miguel se siente solo y llama a Señor. Señor lo acoge y lo abraza, y ven la película de Jack Skeleton. Señor dice que lo ama. Pero Miguel no ama a nadie. Le manda un lo siento, no puedo. Señor cae. Señor llora. Señor desea ser un padre, un amante, un todo para Miguel. Pero Miguel no quiere ser un muñequito subestimado. Señor quiere poseer todo lo infantil de Miguel. Pero Miguel siente que en los besos con Señor, hay algo perdido. Miguel no quiere la madurez de Señor. Pero por primera vez, siente que en realidad no todo fue un juego.
A Miguel le gustaría hacer un pacto con Dios. Pues en tardes como estas, él eventualmente termina pensando que no vale nada. Dios no hace pactos, Dios no hace contratos. Por lo que Miguel se arrodilla ante la Misericordia y pide perdón por todos los pecados, que con tanto gusto le gustaba realizar. Dios lo comprende, pues Dios siempre lo ha amado.
Miguel quiere ser un nuevo tipo. Miguel llama a la Señorita Sonrisas. Ella huele a chocolate, algo que enloquece a Miguel. Miguel la invita al cine, la invita a un café. Y descubre que tras esa sonrisa, la Señorita esconde dolores de niñez. Miguel se detiene. Teme dañar los recuerdos frágiles y ese dulce encanto que tienen las niñas como Sonrisas. Miguel le da un beso en la mejilla, y le promete un eventual encuentro. Miguel, a veces, es bueno cumpliendo promesas.
Miguel no entiende lo que le está pasando. No siente nada (lo cual, para él, es algo mucho mejor que sentir mucho). Quiere ser el Rey del castillo de ajedrez. Pero ese Rey no necesita Reina.
Las relaciones son complicadas, y Miguel sabe que en la única persona que confía es en él mismo. Por lo que, en una tarde fría como esta, Miguel decide autoeliminarse. Está el metro, está él. Pero siente ese olor a chocolate. El gusto a inocencia que clama por ser ultrajada. Miguel desvía su mirada ante un nuevo juguete, un chico de azul profundo y mirada perdida. El chico devuelve la mirada. En sólo un segundo, se arma todo. En sólo un segundo, se rompen perdones. Miguel odia ser tan humano. Pero no puede negar que le gusta serlo.
Miguel planea aceptar disculpas de Princesa, pues él la entiende. Miguel desea tomar helados con Oso, pues sus abrazos valen la pena. Miguel quiere cafés con Comandante, pues Miguel siente que Comandante realmente le tiene aprecio. Miguel dejará de hablar con Señor, porque ve peligro en esos ojos. Miguel mantendrá el contacto con Dios, pues es el único que realmente lo ha amado. Miguel seguirá con la dulzura de Sonrisas, pues siente que las niñas son lo más puro que ha existido. Y por si se lo preguntan. Miguel devolvió la sonrisa a Chico azul de mirada perdida, pero evitó el pecado. Se bajó en la siguiente estación y le dió al Chico azul de mirada perdida, tras el vidrio de la puerta del metro, un silencioso...
lo siento, no puedo...

12 comentarios:

Cristóbal H dijo...

Yo cada vez me sorprendo más contigo...

Ayer alegraron mi tarde, y aunque no nos pudimos juntar, fue tierno y noble de tu parte.

No creo que era como "quiero nueva ropa" lo de mi tía abuela, pero ya les contaré acerca de como era en vida, no muy buena en realidad...yo lo hice porque me daba pena mi tía Lina, quien ha sido más que una madre para mi y ciertamente mi mentora...

Grandes saludos y, simplemente tocado por tu entrada.

un tian dijo...

Hi, honey.
Pues por suerte tu no eres Miguel.
Quién quiere llamarse Miguel, anyway.
Eres demasiado estiloso para ello.
Ay, pepi, no sabes lo que he sufrido.
se llama la película.
Saludos para ti y para Miguel. Saludos al Señor (que me encantó) y a Comandante, que es muy mamón para mí.
muack! ^^

maderisticabro dijo...

ahhh!! me da rabia mi explorer porque me borró el mejor posteo que he hecho en mi vida xD

Bueno, simplemente agradecer la consideracion al comprar el surtido de galletas menos surtido de la historia, porque gracias a eso llegué sin hambre a mi hogar (L).

Me gustó el texto, como que me decía "llora infame!!", o también me decía "sonríe infeliz!!!". Era raro eso. Hace harto que no me pasaba.

Y los cuchuflíes... Supermaderístico no regala cuchuflies, los vende. Así que si quieres comer, los compras! XD..no ..pero igual me puedo "pelar" algunos. Quién sabe, quizás termine en la cárcel.

Saludos con cara de analfabetismo.

Jaime Antonio dijo...

escribes bien me gusta tu estilo.Me alegro encontrar a alguien tan buena tela en la red, espero que sigamos en contacto socio. Visita mi blog, pues yo agregare el tuyo a mi lista

Morenita dijo...

Es una historia fabulosa...
me hiciste sentir todo eso y muhco más entre líneas...

Wow.

Rodrigo dijo...

Sólo puedo decir mmmmmmmmmmm.
Ya hablaremos. En términos literarios está muy bueno. Sorry que te compare y con el autor que lo haré, pero tu estilo de escribir encubierto es muy Bayly.

Tango dijo...

0

Miss Rydia dijo...

Me gustó, excepto que diga "el cual" y "lo cual" o algo por el estilo, porque nuestra profesora de Taller de Narrativa arruga la nariz ante esas cosas y yo también (no por ella), no sé, es que está muy vapuleado.
Cristóbal Hurtado puede aseverar que yo soy una que tira el comentario mala onda primero y después dice lo demás.

Gran compendio de sensaciones lo que escribiste, inquietante muchas veces... me gustó, sí, muy bien, en serio.

Saludos pintados de teletubbies.

Joaquín dijo...

Cristóbal: Pues me gusta sorprender a los demás de vez en cuando. Y por si te lo preguntas, las invitaciones seguirán viniendo ^^

Tian: Hola pueh, chico. O sea, Yo me llamo Joaquín Miguel. Supongo que nunca revisaste tan bien mi pase escolar xDDDDDD Se te extraña. Y Señor te manda saludos también...(Cómo si realmente Miguel fuera a hablarme post-entrada)

Fabián: Pues eres lejos lo más tender al llenarme el fotolog con post ^^.
Y sigamos con las galletas no surtidas.

Jaime Antonio: Supongo que seguiré tratando de descifrarte con tus tres blogs y tu onda no gótica. Gracias por postear.

La Co: Pues te extrañaba en mi Blog, querida. Si te gustó, mi mundo está un poco más felíz. Queremos más de Co!

Rodrigo: Me seudo ofendes con lo de Bayly. No soy tan escandaloso. Aunque si he perdido amigos por haberlos metido en clave en mi blog. xD.
Pero eso es otro cuento. Otro cuento que algún día te contaré.

Bromoluz: Y tú, ¿Quién eres?

Pauly: Críticas aceptadas. Recuerda, chica, que soy biólogo y que para lo único que me alcanza el tiempo es para el recorrido de la arteria epigástrica superior y para el agujero de Winslow... Osea, nada de taller de narrativa.
xDDD
Pero, mejoraré 'el cual' y 'los cuales' ^^
Gracias por el post.

Tango dijo...

pffffff 0

Cristóbal H dijo...

Esta vez concuerdo con los comentarios de la Miss Pauly Lilian, pero esos son detalles. La crítica bien, el compendio de emociones a mí me gustó. Y tenemos buenos ejemplos de biólogos con aptitudes litetarias, Joaquín y Fabián obviamente.

Saludos.

Carlos dijo...

uuuppss que gran historia...
a mi me gusta eso de recordar "tardes como esta" o mejor "hace un año, a esta hora". son recuerdos lindos que valen la pena recordarlos y conmemorarlos a veces ^^, otros, mejor ni acordarme XD.
Vaya que cantidad de comentarios, que populus estas XD cuidate
adios