Andaba por el asfalto de esa calle conocida. Arrastraba los pies como solía arrastrar sus memorias. Su mirada se enfocaba en figuras inertes y cotidianas. Miguel caminaba, despreocupado, por su calle preferida, dando vuelta en esa esquina, en donde la besó, en donde la perdió.
Mila esperaba en esa esquina, en donde lo besó, en donde fue liberada. Esperaba a alguien importante. Nadie podía lucir tan hermosa para esperar a cualquiera. Lista para salir con el tipo que estaba conociendo desde hace algún tiempo, se limitaba a mirar esa calle, esas figuras inertes y cotidianas, que no le eran nada, pero que le recordaban todo. Miguel gira en esa esquina y se encuentra con ella. Creyendo que era otro juego de su mente, trató de controlarse, como sólo él puede hacerlo. Los ojos azul cielo, su polera ajustada, sus labios cereza. Ya no era una ilusión. Ella lo miró y él sintió que ya no era capaz de ocultar su entusiasmo.
¡La soñó tantas veces! En algunas, le pedía perdón por el daño causado. En otras, la besaba bajo esa lluvia, como aquella vez en que se perdieron en la casa del Arrayán de la abuela de Mila, y un diluvio cayó en la escapada. En otras, imaginaba el escenario de lo que hubiera sucedido si él la hubiera esperado, si él hubiera reconocido en esos ojos que no ella no estaba lista.
Ahora, ciertamente, estaba lista. Apresuró, sin querer, el paso. Ella lo miraba, con esa sonrisa coqueta. Lo saludó desde lejos y se apresuró en encontrarle a medio camino, sólo para abrazarlo. En ese abrazo, Mila se sintió protegida. Como cuando pequeña abrazaba a ese muñeco que abuela Inés le había regalado. Pero algo no encajaba. Miguel sentía que volvía a creer en todo lo que se había negado. Mila sentía que el tiempo avanzó lo suficiente como evitar volver a perderse en esos brazos.
Llueve. El saludo se rompe. Mila promete un café que nunca tomará. Luego se apresuró a subir al auto de ese desconocido, sin pensarlo demasiado. Escapar de un demonio le es fácil.
Mila esperaba en esa esquina, en donde lo besó, en donde fue liberada. Esperaba a alguien importante. Nadie podía lucir tan hermosa para esperar a cualquiera. Lista para salir con el tipo que estaba conociendo desde hace algún tiempo, se limitaba a mirar esa calle, esas figuras inertes y cotidianas, que no le eran nada, pero que le recordaban todo. Miguel gira en esa esquina y se encuentra con ella. Creyendo que era otro juego de su mente, trató de controlarse, como sólo él puede hacerlo. Los ojos azul cielo, su polera ajustada, sus labios cereza. Ya no era una ilusión. Ella lo miró y él sintió que ya no era capaz de ocultar su entusiasmo.
¡La soñó tantas veces! En algunas, le pedía perdón por el daño causado. En otras, la besaba bajo esa lluvia, como aquella vez en que se perdieron en la casa del Arrayán de la abuela de Mila, y un diluvio cayó en la escapada. En otras, imaginaba el escenario de lo que hubiera sucedido si él la hubiera esperado, si él hubiera reconocido en esos ojos que no ella no estaba lista.
Ahora, ciertamente, estaba lista. Apresuró, sin querer, el paso. Ella lo miraba, con esa sonrisa coqueta. Lo saludó desde lejos y se apresuró en encontrarle a medio camino, sólo para abrazarlo. En ese abrazo, Mila se sintió protegida. Como cuando pequeña abrazaba a ese muñeco que abuela Inés le había regalado. Pero algo no encajaba. Miguel sentía que volvía a creer en todo lo que se había negado. Mila sentía que el tiempo avanzó lo suficiente como evitar volver a perderse en esos brazos.
Llueve. El saludo se rompe. Mila promete un café que nunca tomará. Luego se apresuró a subir al auto de ese desconocido, sin pensarlo demasiado. Escapar de un demonio le es fácil.
Miguel camina por su calle preferida, recordando la última vez que vió subir a Mila a ese auto, vestida de blanco, con un dejo de ternura. Mila, en la cama de su amante, ni siquiera recuerda el nombre de Miguel.
5 comentarios:
El primer y segundo párrafo me gustaron mucho. La casa del Arrayán y el saludo se rompe, esas imágenes, notables para mí.
Cambiaste la foto del perfil, bien.
Me pasa lo mismo con la canción, yo me pongo triste cuando escucho "Then I see you standing there wanting more from me and all I can do is try ". Esa parte produce quiebre. Me da pena por la impotencia que se siente al oirla, del solo hecho de tratar, porque la canción se queda en eso, te deja suspensivo...
Saludos!
Escribes bkn. a mi tambien me gustaron los primeros parrafos.
Aunque tambien buen final je.
Sip muy bkn conocere jaja, algo rescatable de esa noche jaja. Aunque = el dirty talk fue chitoso, me kgue de la risa, y nah, 0 opcion censurarte-
Sip to the moon & back es penosisima, pero demasiado linda.
Comentario mala onda: ojo con los tiempos verbales. Están ultrajustificados en el último párrafo, pero igual hace que se vea algo sucio.
Comentario buena onda: ay, me gusta. Bien usados los adjetivos, no está sobrecargado y me pasa que las oraciones están como bien puestas, a pesar de que hay hartos puntos seguidos no hace que se pierda el hilo. ¿Y tus signos de exclamación? Win.
Deberías postular al taller de la Ale, para la primavera...
Tengo una amiga que se llama Mila y es muy chistoso esto por ella jajajaja.
Prefiero cuando tus fotos del perfil son tuyas, querido.
a) Try es una canción hermosa y también me deja maaaal.
b) To the moon and back? De esa no me acuerdo, pero el otro día estaba en la Aduana allá en la montaña y el tipo estaba escuchando Crash & Burn (que es LA canción que me gusta de Savage Garden) y fue muy chistoso.
Oye, cuidate.
Ah como que no sé. Me dio como pena y me dio ... no sé, me hizo sonreír.
Pero no sé porqué me imaginé la esquina de mi colegio, sepa uno porqué.
Perdón por no haberme pasado acá antes, simplemente se me fue, sin avisar ;).
Me corté el pelo. Debo decir que me agrada mi nueva imagen (sin terminar, obviamente).
Cuidate :)!
Quiero tomar ese cafè, muchas veces hablado, postergado y olvidado...y tampoco quiero que te subas a un auto y olvides mi nombre..
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