lunes, 26 de febrero de 2007

Kid from the park

"Remember me... special needs"...

Claro que te recordaré.

Ok, así empezó en teoría. Estabamos en Fantasilandia, ya habíamos recorrido el Boomerang y otra estupidez que parecía disco. Y la cosa es que en la fila del Crazy dance la veo. Era Magdalena, una niña del Compañía de María, con sus amigas. En realidad no la conocía tanto. Sólo recuerdo que hace unos años, en tercero, hice un move que creo que le afectó. Las vi y me dije... como que las conozco (xD).
Pues escuché un 'Joaquín Miguel, es que donde te habías metido!'. Y me consideré muerto. Es linda la Magda, aún produce cosas. Pero es demasiado Light para el interés de cualquiera.
Sí. Lo sé.
Alguien me dijo que yo discriminaba a la gente tonta. Pero ese alguien nunca conoció a la Magdalena.

La cosa empezó calmada. Creyendo yo que ahora sí que ella realmente andaría con chicos cuicos surfistas y weas así, le pregunté con quien estaba. Ella me dijo que estaba soltera, con un dejo de desesperación en la voz.
'Por qué, si eres tan linda!'.
Desearía no haber dicho eso, ya que me llevó a un viaje de relaciones fallidas, novios disfuncionales y llanto gratuito justo cuando tocaban a Minerva en dicho juego.'Demonios, retráctate Joaquín, retráctate... Haz que pare de hablar o algo!!'.Le di un topón. 'Joaquín, ahora si que las cagaste en mala'. La mina me quedó mirando y sonrió. Quería más. Y le di más.

Ok!! entiendo. Estaba ocioso... bah! y de pronto alguien me empuja. Era un chico. Era rubio. No era ni alto, ni delgado, ni remotamente interesante. Llevaba una polera Azul, con olas naranjas y un Reef en una esquina. Y lo vi. Y me miro con tanta tristeza. Y sentí algo extraño en mi estómago. Quería, en ese momento, hacerlo reir y que todo lo malo por lo que pasara, arreglárselo. Quería saber su nombre y lo que hacía. Del por qué andaba solo en un parque. Sí querría ir al cine alguna vez y pasar tardes de lluvia, hablando de lo genial que nos llevamos...

Como iba en un maldito grupo impar, yo era el idiota que se quedaba siempre solo. Magda ya me había olvidado a los 5 minutos, pues estaba con sus amiguis. Así que procuré subir al Crazy dance sin dar demasiada pena a la audiencia de chicos emos cuicos y chicos flaites de la fila. Me senté en el carrito púrpura. Y forzaron al niño de los ojos tristes-azules profundos a sentarse al lado mio.

No pasó mucho. Me lo encontré en varios juegos. Siempre se sentó junto a mi.
Sonrió.
Sonreí.
Y se le escapó un 'si te encuentro en otro juego pensaré que me estás acechando'. Yo sólo seguía sonriendo y pensando en que era el niño más ciego del mundo al no darse cuenta de lo mucho que lo deseaba. Me ruborizé. Lo notó y rió. Me dió a entender que me conocía desde antes, desde mucho. Se ruborizó y ahora yo fui el que sonrió. Y luego... lo vi marchar lejos de mi.
Y me sentí el chico más desdichado del Parque. No hubo tiempo para teléfonos, o correos electrónicos o ni siquiera para una buena conversación.
Sólo flirteos de niño, algodón de azúcar y sonrisas. Perfect one hour-Romance.
Y me sentí bien.
Me sentí perfecto...
Vale la pena respirar ahora...

1 comentario:

un tian de mentiritas dijo...

Son lindos los flirteos de parques, de discos, de fiestas, de pubs, de algodón, de vodkas o de papas fritas.
Son puros, intensos, perdurables y desechables.
Esas miradas y esas sonrisas lo son todo. Porque no hay nada más, pero no importa, lo que importa es eso, que no importa.
Es agradable. Creo que hasta las extraño.
El paseo recién comienza, eh?

Ota vez yo. Otra vez Tian.