jueves, 31 de mayo de 2007

Retorciendo palabras de amor / Nunca he querido... nunca he querido

Ayer, me comí una barra completa de chocolate. Regalada, claro. Pues el hecho de que estaba en dieta me impedía comprar esa clase de delicias. Entonces, me sentía ultra mega down pues mi desempeño académico es desastroso. Estaré dando fisio de nuevo si no mato en la prueba que viene y salvo el examen. Y como no me gusta sentirme como un idiota, decidí comerme mis sentimientos. Así que, que se joda la dieta. A comer chocolate!, que si algo aprendí de fisio, es que, las endorfinas hacen a la gente felíz.
Pero, el comer chocolate me recordó muchos momentos no tan gratos. Como cuando era más gordito y practicamente, era bastante no querido. O cuando me volví en anoréxico y me empezaba a desmayar en las micros y los heladeros me daban helados para sacarme del shock hipoglicemiante. Y temo que esta entrada se viene con muchos I know de Placebo y toda esa onda Radiohead. Sentir que no encajas en ninguna parte. Que no le importas a nadie, y que a lo mejor que puedes aspirar, es comprarte una buena .45 que te vuele la cabeza. 'Cause baby, I forgot to take my meds...
Estoy jodido. Lo tengo claro. No tengo ya que ocultarlo. Al parecer, soy muy evidente. Pero es extraño. Escucho algo lindo, como Sugar Rush, y todo tiene algo de sentido. Sé que amar canciones idiotas de grupos desechos no es algo muy científico. Pero es increíble el poder de la música, y la capacidad de recordarnos las pequeñas cosas que te mantienen respirando. El chocolate tiene función similar, siempre cuando no se mezcle con el Black Market Music.
Tengo tendencia a amar lo oscuro. Y no como Geri, que cuando canta It`s raining men, grita un 'Tall, blonde... dark for me'. Me refiero a lo tortuoso. A lo destructivo. A veces me dan ganas de ahogarme con mi almohada. Mis muñecas arden y necesito algo que me vuele de todo.
Pues soy destructivo. Creo que tengo una debilidad por el daño. El señor Borroso, la primera persona que me conoció, en el sentido bíblico de ser conocido, se ha vuelto constante en mis sueños. Y no digo pesadillas. Porque las pesadillas son simplemente sueños no deseados. Me enseñó todo lo que soy. Me enseñó a no ser nada. Soy horrible. Soy sucio, un libertino. No soy nada. No valgo nada. Me doy asco. Me odio. Te odio. Odio a todo y no odio a nada.
Pero el chocolate juega en contra de mis recuerdos perversos. Me hace sentir que al menos, soy algo para el chocolate. O para las tortas, o para el helado Cookies & Cream.
Sé que soy amargo y ácido. E intolerable. Pero tengo debilidad por el azúcar.
¿Cuando me aburra del azúcar, jugaré a la perversión?
No quiero dañar. Pero simplemente, no hay nada mejor que hacer.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Mi querido joako...no te me ahogues con almohadas por favor!! o sino quedaré sin mis noches de extasis gay.
Eres lo máximo mi niño, eres lo más yo que pueda encontrar en esta vida..eres tan ácido para muchos, pero para mi eres como a teens y su sugar rush ( No tiene nada de malo escuchar temas de grupos pasado de moda, o sea!! si fuera así, 50Gb de mi disco desaparecerian).

Te adoro mi querido
Un beso enorme
I love ya
Duuhhh

Se despide PanxitoPopStar!!!

Joaquín dijo...

Rodrigo dijo...
Joaquín,
He llegado a autoproclamarte tu amigo y por eso me preocupa lo que piensas y lo que sientes.
Nada es tan negro como parece, al menos no tanto como tú ^^ (tú me enseñaste a poner ese mono). La vida tiene muchas cosas buenas para ti. Recuerda a Elle Woods como encontró su media naranja. Hasta su perrito encontró alguien que la (lo) quisiera.

Y eso... Cuidate!

Cristóbal H dijo...

Disfruta de los chocolates y de los dulces, que son antidepresivos...

Y demás que salvas ese ramo, tonto no eres.

Yo confío en ti.